Plantas navideñas

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Las Navidades son fechas de reencuentro con seres queridos, de cenas, regalos y también de gastar dinero. Son días en los que nos esmeramos en decorar especialmente nuestras casas y nuestros jardines, pero una vez acabadas las fiestas tenemos que decidir que hacemos con las especies vivas que hemos comprado; como el Abeto de Navidad, la Ponsetia o Flor de Pascua y otras plantas que habitualmente se compran como objetos desechables. Revisemos cuáles son estas especies de Navidad y la practica del cultivo como una forma sostenible de adornar.

Tradicionalmente, en las épocas de navideñas, se hacía un paseo al campo o a la montaña a arrancar trozos de pino y llevarlos como árbol de Navidad, práctica completamente insostenible ya que cuando a un pino se le corta el ápice (la punta superior donde tiene un órgano que regula sus hormonas) para transformarlo en un pinillo de Navidad, se desordena el crecimiento desmesuradamente e incluso puede morir. Actualmente, en España, se venden unos 2 millones de pinos cada Navidad, principalmente de Abies nordmanniana y Picea excelsa que se terminan tirando o en el mejor de los casos reciclados como materia orgánica para el compost. Lo más recomendable es adquirir un árbol cultivado en maceta y que tras el 6 de enero se la pueda mantener en el exterior ya sea en maceta o cultivado en la tierra. Al comprarlo es importante ver si ha sido recientemente enmacetado o no. Se ve fácilmente, tirando de él o sacándolo  de la maceta debe mantenerse el cepellón de tierra entero, sin deshacerse. Eso es señal de que lleva ahí un tiempo y las raíces, por tanto, mantienen compacto dicho cepellón. Para su conservación hay que pensar que los pinos en su hábitat natural nunca están a las temperaturas que puede haber en el interior de una casa; están incluso a bajo cero. Por eso es importante seguir unas recomendaciones mientras lo  tenemos en el interior: Trasplantarlo a un tiesto más grande y con agujero de drenaje en el fondo, regarlo cada 3 días procurando de humedecer sus hojas con un pulverizador y ubicarlo lo más alejado posible de las fuentes de calor como radiadores o estufas. Estos árboles deben ventilarse con aire del exterior, por eso, si puedes, saca el árbol al exterior durante unas horas o bien deja las ventanas abiertas en la medida de lo posible. Después de fiestas se debe ubicar en el jardín, en algún lugar que se mantenga ventilado y pensando en cómo llena el espacio esta especie perenne con forma de cono. Con su verticalidad y forma definida puede generar importantes contrastes con los árboles caducos.

La Ponsetia o Flor de Pascua (Euphorbia pulcherrima) se puede cultivar tanto en el interior de la casa como en el jardín. Es posible mantenerla y llegar a formar un arbusto grande de hasta 5 metros de altura. Originaria de México, se adapta muy bien a ambientes como el del Maresme. Mientras están en maceta y en flor necesitan mucha luz aunque hay que evitar la exposición directa al sol. Cultivarla en el exterior es muy fácil, hay que trasplantarlas a una maceta más grande o directamente al suelo a pleno sol, procurando ni temperaturas muy altas, ni frío. Ambas son causas de caída de hojas, lo ideal son unos 22º por el día y 16º durante la noche (nunca por debajo de 0º). Hay que regarla 2 veces por semana, con agua tibia, poniendo la maceta unos 15 minutos en un cuenco o plato con agua y retirando el agua sobrante que la planta no haya absorbido, pero hay que procurar que entre riego y riego se seque el sustrato. Como siempre, hay que tener cuidado con el exceso de agua, puesto que se pudriría y como norma general: si la temperatura es alta, hay que regar más. En cuanto al abono, con añadir un poco de fertilizante líquido una vez cada 10 días es suficiente.

Para que vuelva a florecer debemos podarla toda una vez haya perdido las primeras brácteas (hojas cercanas a la flor que en este caso son las de tienen color rojo), dejando tallos de unos 10 cm. Luego, colocarla en un lugar más fresco, donde pueda darle la luz. Al llegar la primavera, debemos regarla en abundancia para que pueda contar con los primeros brotes y cuando los tallos han alcanzado los 9 cm., debemos cortar los viejos. En otoño continuar con los cuidados generales y los dos o tres meses anteriores a la floración debemos mantenerla 14 horas al día en absoluta oscuridad. Podemos hacerlo recubriéndola con una bolsa de plástico negra, teniendo en cuenta que si se interrumpen de los períodos de oscuridad no obtendremos sus características hojas rojas. El Acebo (Ilex aquifolium) es un arbusto de hoja perenne y uno de los símbolos de la Navidad aunque hoy, desgraciadamente, constituye una especie en peligro de extinción. Está protegido y se prohíbe coger sus ramas del campo. Crece en bosques de Europa oriental, central y del sur, y durante muchos años se ha utilizado como seto ornamental. En Cataluña, podemos verlo en estado natural en zonas como el Montseny, donde se tomó la fotografía que ilustra esta página. Cuando vayamos al monte y lo veamos, muchas veces asociado a bosques de hayas, castaños o robles, no cedamos a la tentación de arrancar una rama. No sólo es hecho sancionable, sino que además es un atentado contra esa especie, a la que hay que librar de la recesión. Sus hojas suelen ser espinosas en las partes más bajas, para proteger los frutos de los animales. Sus flores son muy pequeñas y sus frutos, venenosos, de un rojo intenso, que se mantienen durante todo el invierno.Es una planta de exterior, muy utilizada para decorar setos y jardines. Existen diversas variedades, desde la común hasta la más sofisticada, con bordes blancos y bayas de color amarillo. Aunque en la naturaleza puede llegar a superar los diez metros de altura tiene un crecimiento lento porque las raíces tardan en afianzarse. Le gustan los lugares húmedos y sombreados, pero al adquirirlo hay que asegurarse de que en el vivero nos dan las instrucciones oportunas para un mantenimiento a largo plazo y si no podemos ofrecerle un lugar en el que sobrevivir pasadas las fiestas, es mejor no comprarlo. Por otra parte, tener un acebo en nuestro jardín o terraza nos permite aprovechar las ramas podadas al comienzo del invierno, para decorar la casa sin causar daño al medio. Si optamos por cultivarlo tendremos que usar semillas o esquejes ya que no tolera bien el trasplante. Hay que tener en cuenta que necesita mucho riego en verano y abono para su época de crecimiento y no es especialmente exigente con los suelos, aunque prefiere que sean ligeramente ácidos. Su copa es más densa si se planta al sol y soporta muy bien las podas fuertes, de ahí su utilización para setos.El muérdago (Viscum album) es una especie que todos asociamos sin querer con las Navidades. Colgada sobre nuestras puertas o adornando el árbol de Navidad, la tradición navideña dice que aquella mujer que recibe un beso bajo el muérdago en Nochebuena encontrará el amor que busca o conservará el que ya tiene y si se trata de una pareja, será obsequiada con el don de la fertilidad.

Una de las características más peculiares del muérdago es su capacidad para enraizar sobre el tejido vivo de otras plantas. Se multiplican mediante semillas que se depositan en la corteza de la planta huésped y son necesarios algunos años antes de obtener un pie de muérdago de discreto tamaño. Crece preferentemente en las ramas de encinas, olivos, pinos, manzanos y robles. Al crecer debilita al huésped y lo hace más vulnerable al ataque de insectos, pero si es controlado mediante podas, se puede cultivar con facilidad.