Regar con la lluvia

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Una vez leí que los problemas no existen, que solamente existen formas de llegar a una solución, ya que si un problema no tiene solución ya no es un problema, y si la tiene, inmediatamente deja de serlo. Al leer esto lo primero que pensé es que me estaban tomando el pelo y que quien lo había escrito o no tenía ningún problema de verdad o era un ingenuo, pero lo poderoso de la lectura es que las palabras vuelven, como la comida en los rumiantes, para que podamos volver a digerirlas cuando sea necesario. El caso es que así sucedió y comprendí que esa cita no era más que una actitud, una actitud enfocada en la búsqueda de soluciones en vez de un enfoque paralizante en el problema.

En el caso del agua y de la escasez de lluvia coinciden científicos y la sociedad en general en que no es una situación pasajera y puntual. Debemos ser todos muy conscientes que no tendremos un futuro abundante en agua para poder derrochar a placer. Y creo que, a día de hoy, todo el mundo tiene muy presente que este va a ser uno de los grandes retos del siglo XXI.

Es por esto que debemos adquirir nuevas filosofías del agua, la Expo de Zaragoza esta concebida con esta particular misión y desde Botanicum deseamos contribuir con nuestro pequeño grano de arena a hacerlo posible.

Podemos mirar al futuro con ilusión, solamente tenemos que hacer lo que nos corresponde a cada uno de nosotros. Ya se han encargado periódicos y demás medios de comunicación de difundir muchos sistemas para ahorrar agua como cerrar grifos mientras nos afeitamos, lavamos los dientes o nos enjabonamos en la ducha; regar a primera  o última hora de la noche para reducir la evaporación; aprovechar el agua que sale de la ducha mientras se calienta recogiéndola en un cubo para el riego de macetas y muchas otras formas de ahorro. 

Para los que deseemos ir un paso más allá, podemos recoger el agua de la lluvia y almacenarla para usarla en el riego o incluso para ahorrar en las zonas de nuestra casa que no requieran el uso de agua potable como inodoros, lavado del coche, ropa y limpieza en general. Hemos investigado en el mercado que sistemas hay que nos permitan un ahorro de hasta el 50% del consumo actual de forma sencilla, económica y fiable. De entre los mejores podemos destacar el de GRAF, empresa alemana comprometida con el medio ambiente y experta en sistemas de ahorro y aprovechamiento del agua.

El agua de lluvia es agua pura que no contiene calcio ni productos químicos, lo que beneficia el mantenimiento de las tuberías, evitamos calcio en la lavadora y regamos nuestras plantas con excelente agua natural. Además del beneficio ecológico, el ahorro económico considerable es otra buena razón para aprovechar las aguas pluviales. Que no sea agua potable no quiere decir que no tenga que ser agua limpia. Para separar la suciedad existen avanzados sistemas de filtros y boyas que hace que llegue a nuestra vivienda siempre la mejor agua, pero si solamente la usaremos para riego podemos usar sistemas más económicos y sencillos.

Las posibilidades son amplias, desde ánforas y columnas que nos permiten recoger el agua de los tejados y almacenarla para usos en el exterior de la vivienda, hasta completos sistemas que nos permiten el uso en su interior. Las ánforas y columnas son atractivos depósitos de entre 300 y 1.000 litros para colocar junto al bajante del desagüe del tejado con un filtro que mantiene el agua que entra limpia de suciedad. Esta es una solución que nos permite continuar regando a pesar de la prohibición, ya que esta se limita al agua de boca. Además no nos obliga a realizar una gran inversión ya que el equipo es económico y su instalación tan sencilla que la podemos realizar nosotros mismos.

Si nuestro compromiso o nuestro jardín es mayor y deseamos un sistema más completo también existen depósitos que nos permiten almacenar entre 2.000 y 26.000 litros con potentes filtros y bombas silenciosas para un aprovechamiento y ahorro máximo que llega hasta el 50% de nuestras necesidades totales.

Para saber cual se ajusta más a nuestras posibilidades es necesario dejarse asesorar por un profesional ya que hay que tener en cuenta la pluviometría, la superficie de las zonas que permiten la recogida de agua así como los usos posteriores que haremos de ella.

De todos modos la lucha contra la sequía es una carrera de largo recorrido, y la mejor manera de iniciarla es con un sencillo paso, un paso tan sencillo que consta únicamente de preguntarnos: ¿Qué puedo hacer yo para dejar un mundo mejor a nuestros hijos?