Jardín acuático

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Cierra los ojos, estás en tu jardín. ¿Que sientes? Un aliviante soplo de brisa veraniega en el calor de los castigadores rayos de sol ¿Qué hueles? Los destellos del jazmín, el frescor del césped recién cortado ¿Qué oyes? El casi inapreciable ruido de las golondrinas al beber, el leve murmullo del agua. Abre los ojos, deja de imaginarlo. Empieza a escuchar tu jardín.

Te proponemos enriquecer cualquier zona ajardinada con la espectacularidad del agua, ya sea con el movimiento de una cascada o la tranquilidad de un estanque. Esto no debe ser de otra forma que con un uso racional de agua y que no nos aumente el mantenimiento. Para hacerlo posible debemos dotar a nuestro jardín de un sistema de aguas que permita su reutilización, usando modernas tecnologías que ya están disponibles a nivel doméstico y que nos permita así disfrutar del murmullo del agua o de las impresionantes especies acuáticas sin por ello tener que renunciar a un jardín sostenible y respetuoso con el medioambiente.El objetivo de este sistema es reproducir a pequeña escala la capacidad de filtrado y reciclaje de la naturaleza, creando un circuito cerrado sin pérdidas de agua y aprovechando la auto limpieza del círculo de síntesis de la materia orgánica mediante la conjunción de flora y fauna. Este sistema está presente en ríos y lagos ya que su agua es filtrada durantes miles de años por las muy diversas capas de roca y arena de la corteza terrestre al circular por las corrientes subterráneas. También es depurada con la ayuda de la vegetación de ribera y por los microorganismos que la habitan alimentándose de la materia orgánica. Este es un proceso lento e incapaz de digerir la cantidad de contaminantes y desperdicios que abocamos donde hay industria y concentraciones humanas por lo que a menudo es necesario instalar depuradoras que son capaces de limpiar enormes cantidades de agua. Ahora, podemos usar estas tecnologías, complementándolas con las propias de la naturaleza, a la escala de nuestro jardín, ya que el agua siempre circula y está en constante filtrado por skimers específicamente diseñados para limpieza física, mecánica y biológica. También existen filtros especiales que aprovechan la dinámica natural del agua en su movimiento circular, su forma cilíndrica asegura una turbulencia que los convierten en unos captadores eficaces de partículas en suspensión que embrutecerían nuestro estanque. Solucionado el aprovechamiento del agua y su mantenimiento, lo más importante es la integración natural en el entorno. Primero debemos elegir los elementos adecuados a nuestro espacio y gustos. Podemos escoger entre fuentes, estanques y cascadas o sus combinaciones. Si tenemos espacio porque no poner estaques a distinto nivel, divididos por cascadas o si no lo tenemos, podemos rematar nuestra terraza con una relajante fuente de monolitos donde el agua circula por la superficie de la roca produciendo una agradable sensación de frescor.

 

Una vez diseñada la ubicación y la forma del estanque, podemos dotarlo con una cascada cortina o con impulsores de juegos verticales de agua, que con la ayuda de sistemas de iluminación subacuática proporcionarán espectacularidad a nuestro jardín tanto de día como de noche. La opciones son infinitas, limitadas como casi siempre, únicamente por el espacio y el dinero, pero empezar a sentir como nos habla nuestro jardín o terraza es algo que está al alcance de todas las ubicaciones y de todos los bolsillos. 

Ahora solo queda vestirlo con las especies de fauna y flora que mejor se adapten teniendo en cuenta la orientación solar y el clima. Sin duda los nenúfares, de la familia Nymphaeaceae son los más comunes, los hay de blancos, amarillos, azules, rosados y olorosos. Pero, a pesar de ser especies espléndidas, no debemos limitarnos a ellas, podemos poner también flor de loto Nelumbo nucifera aunque deberíamos retirarla del estanque en invierno para evitar que se hiele. Igualmente imprescindible es la pita acuática Stratiotes Alcide, que en verano hace flores blancas con tonos rosados y en otoño se sumerge bajo el agua hasta que empieza la primavera. Muy recomendable es poner una milhojas acuática Myriophyllum aquaticum, ya que son muy resistentes al frío y contribuyen a la oxigenación del agua, además de proteger a los peces durante el desove. No debemos olvidarnos de los juncos Typha latifolia que pueden usarse para finalizar el borde de un estanque, aunque son muy invasores y es recomendable utilizarlos solamente en estanques grandes. Otras especies recomendadas pueden ser los lirios, como el amarillo Iris pseudoacorus, el siberiano Iris sibirica. La lista de especies que podemos usar puede ser larga ya que también podemos incluir el acoro o cálamo Acorus calamos, el paragüitas o planta paraguas Cyperus alternifolius, el papiro Cyperus papyrus. Otra muy buena opción, sería incluir la especie tropical victoria regia Victoria amazonica, que a pesar de que no soporta temperaturas inferiores a 15 grados, por su belleza y espectacularidad, bien merece que la cultivemos anualmente. O la popular cala también llamada lirio de agua Zantedeschia aethiopica que es muy resistente al frío y en verano nos regala calas blancas que sorprenden por muchos años que haga que estén en nuestro jardín.