Las plagas del jardín: El mosquito tigre

Mosquito tigre
Con la llegada del buen tiempo, vienen los días largos y soleados, las terrazas en la calle, los paseos al aire libre y las barbacoas y paellas en el jardín. Pero también llegan los mosquitos y ahora tenemos uno recién llegado que es especialmente molesto, ya que sólo trabaja de día y sus picaduras resultan, como mínimo, dolorosas y en algunos casos, incluso, tan alérgicas que pueden requerir de una visita a urgencias para tratar los síntomas.

Pero podemos continuando disfrutando de los espacios al aire libre y de nuestro jardín a pesar de estar en zona de plena implantación del mosquito tigre, pero tendremos que incorporar a nuestros hábitos unas sencillas costumbres de prevención y quizás realizar algunas modificaciones en nuestro jardín.

El mosquito tigre (Aedes albopictus), originario del sudeste asiático, fue localizado por primera vez en Sant Cugat del Vallès (Barcelona) en agosto del 2004 pero rápidamente se ha ido extendiendo ya que su adaptación al clima es total y aquí se encuentra muy a gusto. Ya ha colonizado muchos países, y ha llegado a nuestra casa probablemente viajando en un coche procedente de Italia y al Mediterráneo llegó en barco procedente de Asia, seguramente en larvas que estaban en el agua acumulada dentro de neumáticos.

Igualmente que el resto de mosquitos, pican sólo las hembras para poder madurar los huevos antes de la puesta, pero el hecho particular de esta especie, contrariamente al mosquito común, es que principalmente pica durante el día, sobre todo en las horas crepusculares. No recorre grandes distancias, ya que actúa en un radio de 400 metros y no es muy habitual que se aleje de las zonas de vegetación más sombrías. Las hembras detectan la presencia de sangre para alimentarse detectándola a través del olor de las partículas de sudor y saliva de los humanos que flotan por el aire. Cuando pican, lo hacen repetidamente y con mucha voracidad y su saliva es muy tóxica y, sobre todo las primeras veces que nuestro organismo entra en contacto con ella, pueden provocar alergias muy molestas que tardan unos días en remitir. Aunque en países tropicales pueden transmitir varios tipos de virus, aquí no representan ningún riesgo de transmisión.
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Originariamente, cría en los agujeros de los árboles, por lo que el mosquito tigre prefiere poner los huevos en recipientes pequeños y oscuros con agua estancada. El ciclo reproductivo es corto, por lo que una semana es suficiente para que los huevos pasen a ser mosquitos adultos listos para alimentarse y reproducirse. La hembra, después de madurar los huevos con la sangre que ha chupado, hace una puesta al agua de entre 40 y 80 huevos, que pasará por las fases de larva y pupa que se alimentarán de la materia orgánica presente en el medio y se convertirán en adulto. El mosquito tigre se identifica fácilmente, ya que es más pequeño que el mosquito común, de unos 5 milímetros, y tiene el tórax y las patas cubiertas de franjas blancas.

Para prevenir su expansión se han de eliminar todos los lugares donde puedan criar larvas como juguetes, ceniceros, platos de macetas, cubos, latas, botellas o cualquier objeto que haya sido abandonado y que pueda acumular el agua de la lluvia o del riego, cambiar a menudo el agua de los abrevaderos de los animales domésticos, cubrir los agujeros de los árboles o del terreno que también los puedan servir para reproducir a la vez que hacer el correcto mantenimiento de piscinas y cubrirlas mientras no se utilizan.
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Se pueden realizar tratamientos de lucha biológica a través de empresas especializadas, es muy eficaz la bacteria Bacillus thurgensis que ataca las larvas e interrumpe así, el ciclo reproductivo del mosquito, de todas formas dada la imposibilidad de tratar todos los reservorios en el mismo momento, no se puede erradicar completamente de un lugar y los tratamientos se deben ir repitiendo.
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Pero, además de prevenir su expansión, se debe evitar su picadura y una de las formas más eficaces son los repelentes, tanto los que se aplican para el cuerpo como las pulseras.

Los primeros crean una película que evita que el mosquito hembra nos detecte, la hemos de aplicar para la piel, sobre todo en las partes más accesibles o descubiertas, justo antes de entrar en contacto con los mosquitos ya que la duración del efecto es desigual dependiendo de la materia activa del producto, así como de la piel de cada individuo y la eficacia puede ser como mucho de ocho horas. El mosquito tigre puede picar a través del tejido, por lo que si llevamos ropa fina, tenemos que extender el repelente por todo el cuerpo.

Las pulseras repelentes pueden ir fijadas en la muñeca o el tobillo, una vez fuera del embalaje, desprenden Geraniol, un componente natural que disuade a los mosquitos de nuestra compañía hasta 4 semanas.

Otra forma de minimizar la presencia de mosquitos en nuestro jardín es reduciendo el volumen de vegetación en las áreas donde pasamos más tiempo, como donde comemos y donde descansamos en el exterior, ya que el mosquito tigre no le gustan los espacios abiertos y soleados o los entornos poco naturales, por lo que si tenemos una pérgola con enredaderas y césped en el suelo, podemos sustituir el trepadora por unos toldos y el césped por tarima o césped artificial.

De todos modos, para tener el mosquito tigre a raya y que no nos amargue la vida en el jardín durante este verano, no hay una única solución definitiva, si no, que es más la suma de ellas la que nos puede ahorrar las molestas picaduras.
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