Construir jardines en el aire, suena a sinónimo de soñar con fantasías de nula base real. Ahora podemos hacer realidad estas fantasías, podemos llenar de verdor cualquier rincón sin importar el espacio disponible en el suelo, ya que colocando las plantas en formación vertical creamos un muro que más que un jardín llega a ser un lienzo pintado con materia vegetal que vive y evoluciona con el tiempo.
Una de las siete maravillas del mundo, los jardines colgantes de Babilonia, son los antecedentes históricos de los jardines verticales. Pero la naturaleza esta llena de especies que viven en las partes altas de los árboles así como en rocas, acantilados, cascadas y muchos otros lugares sin sustratos dónde enterrar sus raíces. Éstas, epifitas en su mayoría, al encontrarse en zonas de mucha competencia han evolucionado para poder estar más cerca de la luz solar y de aires más renovados así como en lugares que puedan estar más alejadas de sus principales depredadores. La tierra no es esencial para el desarrollo de múltiples plantas, ya que solamente les sirve de soporte y es el agua con los minerales, la luz y el dióxido de carbono los elementos que permiten su supervivencia.
Aunque el pionero fue Burle Marx, famoso por sus jardines sustentables en Brasilia, este concepto ha sido popularizado más recientemente por Patrick Blanc quien ha colaborado con los arquitectos más reconocidos a nivel mundial. Blanc desarrolló su primer prototipo en 1.991, fruto de años de observación en selvas tropicales donde estudió como bromelias, orquídeas, trepadoras y musgos habitan las cimas de los árboles. Desde que lo presentó en el festival de jardinería de Chaumont-Sur-Loire en 1.994, no ha parado de realizar proyectos para tiendas, centros comerciales, exposiciones, museos, hoteles, restaurantes y espacios privados como interiores de viviendas, piscinas, terrazas o muros exteriores.
A destacar el patio interior del Hotel Pershing Hall, la fachada del museo Quai Branly en París, ciudad donde se encuentran gran parte de sus paisajes verticales o la pared interior del museo Ciudad del Espacio en Toulouse. Pero no solo en Francia disfrutan de este prodigio. En el centro de Madrid se ha inaugurado recientemente el Caixa Fórum y por todo el mundo florecen estos muros y columnas vegetales en parkings, centros comerciales, edificios singulares o residencias particulares. Como si de una nueva revolución vegetal se tratase, esta cambiando el modo de relacionarnos con la naturaleza ya que las ventajas que nos aportan son muchas. Estos muros son montados en una estructura metálica con una lámina de PVC que deja una cámara de aire para que no pase la humedad y hacen de pantalla térmica del edificio protegiéndolo de la diferencia de temperatura entre el interior y el exterior. Volviéndolo así más energéticamente eficiente además de filtrar la polución de forma natural y convertir el dióxido de carbono en oxígeno. Todo esto sin menospreciar el efecto antiestrés que produce la presencia de vegetación como cobertura de las agobiantes paredes grises de nuestras ciudades. Es posible que en un futuro no muy lejano, los edificios más modernos estén repletos de bosques amazónicos y sus habitantes podrán creerse indígenas urbanizados en su medio natural, pero esto, sin duda, es volver a soñar.
Las posibilidades de estos jardines han evolucionado hacia una nueva manera de concebir el espacio y de delimitarlo. Un rincón se convierte en un vergel, el hueco de una escalera en un torrente de hojas y flores, una terraza en ambientes separados por recipientes apilados llenos de orquídeas o el techo de un salón en una selva vista desde abajo. Lo realmente novedoso es la perspectiva que toma el jardín en presentarse perpendicular a nuestro ángulo de visión y la forma, color y textura de las especies como instrumento de expresión artística.
Para llevar a cabo todas estas transformaciones han aparecido en el mercado varios productos que nos permiten crear jardines verticales en nuestro hogar así como sistemas de tiestos apilables, cortinas de plantas o pérgolas de trepadoras. Si deseamos disfrutar del espectáculo del mundo vegetal en una pared del jardín o del salón podemos, con ayuda de un especialista, diseñar nuestro jardín vertical escogiendo las plantas y composiciones paisajísticas que más se adecuen a nuestros gustos y construirlo a medida del espacio disponible o bien podemos instalar uno estándar presentado recientemente por Patrick Blanc en Milán. Esta pared prefabricada consta de todos los componentes necesarios: El soporte, la bomba de agua, el recipiente para su recogida, la luz y el fieltro donde se han de agarrar las plantas. El riego y la fertilización se hacen de forma automática y el mantenimiento es mínimo si escogemos correctamente las especies adecuadas para el clima y la ubicación del muro.