El ofuró, relajarse en el jardín
Ya es un poco tarde, y en casa de los Takahashi una sinuosa hilera de luces en el suelo nos guía hasta la entrada. En la parte de atrás, unas gigantescas velas de cera proporcionan una iluminación tenue y cálida. Parece que ya está todo listo para tomar un baño relajante en el ofuró. Después de asearse en la ducha, el señor Takahashi, sale al jardín cubierto con un albornoz japonés, estamos a finales de septiembre y por las noches empieza a refrescar. Tras desnudarse entra en el ofuró y se sumerge en el agua a 45º exactos hasta los hombros. Tras 15 minutos sale de agua, se cubre otra vez con el albornoz y entra de nuevo en su casa.
Este hecho, en Kyoto, donde nació el sr. Takahashi, es una costumbre habitual en todas las familias, pero el sr. Takahashi vive en Argentona (Barcelona) desde hace más de 15 años. Su mujer es catalana y desde que descubrió los relajantes baños en ofuró no hay día que termine sin darse uno.
Esta es una tradición que su origen se pierde en la memoria de la historia del país del sol naciente. La hora de tomar un baño en el ofuró es justo antes de ir a acostarse, como una forma de eliminar el estrés de la jornada. Es el momento de meditar sobre el día y conversar con la familia ya que lo comparten todos sus miembros, a la vez o por turnos, desde el miembro de mayor rango que lo toma el primero hasta el de menor que es el último y todos con el mismo agua. Esta es una actividad que se realiza para relajar el cuerpo y purificar el espíritu. Los japoneses lo hacen también para así tomar consciencia de la importancia de cuidar el cuerpo y estar en paz con uno mismo.
El ofuró es una bañera de madera de Cedro, donde el agua está a temperaturas entre 40º y 45º y su uso continuado genera bienestar y relax puesto que la madera de cedro segrega una sustancia oleaginosa llamada CEDRINA que penetra en la epidermis y produce por su composición natural una sensación agradable que ayuda a relajarse y a conciliar el sueño. Además, el agua caliente es ideal para eliminar toxinas, relajar los músculos y estimular la circulación.
Podemos ubicarlos en el interior o el exterior de la vivienda y podemos dotarlos con las burbujas de un hidromasaje para hacer la experiencia más relajante.
Para el sr. Takahashi, el ofuró es el elemento esencial que mantiene el equilibrio que quiere entre su estresante trabajo de directivo en una multinacional y su vida familiar. Para Teresa, su mujer, es una parte de la filosofía nipona que ha adoptado completamente a su vida cuotidiana y sin la cual dice que ya no podría vivir. Según comenta la vuelta a la rutina diaria, el trabajo, la casa, el colegio y las actividades extraescolares de los niños es menos dura en la templada agua de su ofuró.