Un jardín en la primera planta
Un espacio multiuso, una barbacoa en familia, leer hasta que anochezca, una charla con un amigo de visita, tomar el sol y refrescarse del calor con una ducha, desayunar tostadas y leer el periódico un domingo por la mañana o sencillamente admirar desde la ventana en un día frío y lluvioso, muchas son las cosas que llenan un jardín, no importa donde se halle, ya sea en el campo o en medio de la gran ciudad.
Poseer un rincón de paz es un lujo para cualquier urbanita, también lo es poder convertir este espacio, ubicado en la primera planta de un edificio, en un lugar para disfrutar del tiempo libre en compañía de la familia.
Las dificultades son obvias, un parking en la planta baja nos impide disponer de más de 30 centímetros de sustrato, lo que limita las especies que el jardín puede albergar. Además dificulta el drenaje del terreno ya que el agua acumulada por la lluvia no puede ser absorbida por el terreno y ha de deslizarse por el techo del parking. Para evitar encharcamientos y los consecuentes problemas de filtraciones y humedades, optamos por colocar toba catalana artesanal sin junturas y sobre arena lavada.
Una premisa ha sido buscar la simetría como eje del diseño, para ello se ha desarrollado un modelo de dos pérgolas adosadas que a su vez se dividen visualmente por el tratamiento del suelo, una de ellas se sitúa sobre tarima de madera tropical que acoge perfectamente el mobiliario de exterior, aportando la calidez que requiere un espacio destinado al descanso. La segunda pérgola recoge bajo su estructura una zona destinada al comedor de exterior y se sitúa sobre el pavimento de toba a la cual se le realiza una impermeabilización superficial invisible que permite que el material quede libre de manchas dado el uso al que será destinado. Las pérgolas cuentan con una cubierta de rastreles para reforzar la idea de los ejes simétricos.
Mientras se desarrollaba el proyecto se pensó que pese a la predominancia de las líneas rectas se podría romper esta simetría e incorporar las líneas curvas en las zonas de parterre cortando directamente las piezas de toba y dándoles un acabado con bordillo del mismo material, esta licencia estética nos permitió aportar dinamismo y movimiento al conjunto con un resultado muy bueno.
Como único elemento arbóreo se escogió un árbol de Júpiter Lagerstroemia indica instalado en una gran maceta y con un sólo eje de tronco cuya ramificación comenzara a unos 2 metros para que sus ramas no signifiquen un obstáculo para los usuarios de este jardín. Además de estas características están las propias de la especie, su elegancia, la textura de su corteza que le hace ya un elemento atractivo aun cuando está desprovisto de hojas, y más aun su floración que tanta fama han dado a este ejemplar.