El jardín de los sentidos

Altavoz de James Loudspeaker

La percepción y disfrute de un jardín se relaciona habitualmente con la posibilidad de mirar los colores y las formas, oler los distintos aromas que nos traen las estaciones, tocar las texturas de las hojas y las flores o incluso degustar los frutos de los árboles, pero hay jardines que se pueden escuchar, ahora en Alta Fidelidad.

Cuando hace ya ocho años, Joan Antoni y su familia, decidieron trasladarse a Tiana, sus dos hijos tenían 15 y 17 años. Ahora tienen el pequeño estudiando en Londres y el mayor trabajando y viviendo en Barcelona, por lo que en el pasado invierno decidieron reformar su jardín, querían disfrutar al máximo el tiempo que pasan en compañía de sus hijos cuando les visitan y también recuperar las largas veladas de verano con los amigos de toda la vida o las tardes de primavera en compañía de un libro y una copa de vino.

jlsatellite10La afición a la música de Joan Antoni empezó de muy joven, pero fue en la época en que viajaba por    España para jugar con el equipo juvenil de baloncesto. En los largos trayectos en autocar, el rock que salía de unos walkman eran su mejor compañía. Más tarde, en la facultad de derecho, se aficionó también a la música clásica y la ópera, por lo que ha procurado siempre rodearse de buena música, una sintonía de alta fidelidad que le sigue en coche hasta el despacho y luego hasta casa, donde disfruta de un equipo de sonido e imagen digno de los oídos más afinados.

AmplificadorSegún nos cuentan Laura y Joan Antoni, la calidad y definición del sonido del sistema James Louspeaker es sorprendente y se integra perfectamente al exterior. El subwoofer está enterrado al lado de la piscina y hay altavoces satélite repartidos por todo el jardín, dos en la pérgola, dos en las ramas de dos árboles y otros cuatro clavados con piquetas entre las plantas. Las cajas son de teka y todos los componentes externos e incluso las membranas son de una aleación resistente a la humedad y el salitre. El amplificador se conecta al equipo y puede reproducir sonido en todos los formatos, desde los vinilos que conserva Joan Antoni hasta los grupos que trae de Londres el hijo menor en su i-pod.

Ahora, no pierden ocasión de reunirse con los amigos para comer o cenar, no hay fin de semana en la que no se dejen caer por allí, visitas improvisadas, para disfrutar de la mejor compañía y la mejor banda sonora.

Les preguntamos si con un equipo de alta fidelidad de jardín tan sofisticado no han tenido alguna queja de los vecinos a causa de la música. Nos contestan que con la definición del sonido que emite este sistema, no es necesario subir el volumen para escucharlo bien. Además, como la ubicación y orientación de todos los altavoces ha sido diseñada por técnicos especialistas, el sonido no se escapa y los vecinos no lo perciben. De hecho, antes de reformar el jardín, sacaban un radio-cd portátil que era imposible escuchar correctamente en un espacio abierto sin que se escuchara la música desde el principio de su calle.


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