Riego eficiente

RiegoYa sea por una cuestión económica como por respeto al medio ambiente, economizar al máximo el uso del agua es una responsabilidad que en ningún caso podemos rehuir. Las estrategias de ahorro son varias, entre ellas la elección de un sistema de riego adecuado al tipo de vegetación, un adecuado programa de riego, la recuperación de aguas pluviales y la protección del suelo para evitar la evaporación.

Nuestra climatología además de un consumo excesivo de nuestros recursos hídricos hace imprescindible una cultura del ahorro de agua que nos permita continuar disfrutando de parques y jardines llenos de vida. Esta filosofía es especialmente necesaria ya que la mayor parte de nuestro territorio es de secano.

TierraEn la actualidad hay opciones que nos permiten disfrutar de vistosos y vanguardistas jardines a la vez que minimizar el uso de agua. Solamente debemos implementar en ellos las técnicas de xerojardineria que, resultado de años de investigación y desarrollo en California, han demostrado ser el método más apropiado para realizar jardines en climas secos como el mediterráneo.

Un xerojardín no tiene porque ser un lugar árido repleto de cactus. Se trata de usar mayormente especies autóctonas o perfectamente adaptadas al clima y minimizar las exóticas o de costoso mantenimiento, a la vez que dotarlo de las más eficientes técnicas de aprovechamiento del riego. A pesar de las evidentes ventajas, su aplicación se enfrenta a diversos retos. La falta de sensibilidad ecológica, tanto por gran parte de la población así como de la administración unido a un coste relativamente bajo del agua han supuesto un considerable retraso en la implantación de estas soluciones.

GrifoEn cualquier caso, los riegos deben ser calculados y realizados meticulosamente. Las necesidades hídricas de cada especie son diferentes, así como las estaciones del año y la climatología, que marcarán también las carencias del regado. Identificar y diferenciar las zonas de necesidad hídrica elevada, moderada y baja es esencial para diseñar los sistemas de riego adecuados para que el agua pueda suministrarse independientemente a cada zona. Los métodos más empleados en xerojardineria son: por aspersión, localizado (goteo y micro aspersión) y manual. Cada uno es útil en unas circunstancias determinadas y todos tienen ventajas e inconvenientes, pero el riego localizado es el más eficiente ya que permite aplicar la cantidad de agua necesaria para cada planta y minimiza la evaporación. El riego por aspersión es el más conveniente para zonas Regadoraamplias como el césped mientras que el riego manual nos ayuda en los meses más secos para las áreas que necesitan poca irrigación, pero tiene la dificultad de tener que calcular la cantidad de agua que se aporta al suelo y acoplarse a su velocidad de infiltración. En Botanicum nos encargamos de planificar y ejecutar los riegos manuales necesarios para un correcto desarrollo del jardín, así como de los mantenimientos y reparaciones para un óptimo estado del riego automático, comprobando posibles fugas y ajustando la intensidad y frecuencia de riego a las necesidades de cada momento.

Para evitar excesos de riego y su correspondiente derroche de agua hay que estar atentos a la climatología o bien complementar el sistema de riego automático con detectores de lluvia. Además hemos de tener en cuenta algunos consejos prácticos:

1.- Las mejores horas para regar son las de menos calor para evitar la evaporación.

2.- Evitar regar en días de fuerte viento ya que aumenta la evaporación del agua.

3.- Hay que regar con mayor frecuencia árboles y arbustos recién plantados pero a los dos años, cuando posean raíces más profundas, hay que deducir  o hasta incluso eliminar los riegos.

4.- Son preferibles riegos espaciados y generosos para hacer que las especies sean más resistentes a la sequía pero evitado aportar más agua que la que puedan aprovechar.

5.- El exceso de riego, además de un derroche, es perjudicial para la salud de las plantas y provoca una mayor sensibilidad de las mismas a los cambios climáticos.

6.- Ajustar el riego a la climatología y revisar el estado de humedad del suelo antes de aplicarlo.

7.- Los detectores de lluvia y de humedad son útiles para evitar exceso de riegos.

8.- Hay que regular los difusores, aspersores y goteros para cada zona además de programar la carencia e intensidad de los riegos automáticos de forma adecuada.

En Botanicum aplicamos los principios ecológicos de la xerojardineria.