Iluminación exterior
Iluminar un espacio.
Desde que empieza a ponerse el sol en un jardín, las sombras se alargan, los contornos de desdibujan y las sensaciones pueden llegar a derramarse. En las épocas cálidas del año, el uso de un espacio exterior es capaz de dar la vuelta completa al reloj. Si esta bien iluminado, de noche un jardín siempre gana, ya que lo que perdemos en colorido y expresión, lo ganamos en insinuación y sofisticación.
Criterios de iluminación. El jardín como elemento protagonista. En nuestros proyectos, como criterio general, buscamos que la luz ilumine a la vegetación y no al observador ya que habitualmente los jardines tienen luminaria que produce deslumbramiento, en cambio, la iluminación hacia la vegetación, embellece el jardín. Asimismo es muy importante tener en cuenta los usos que se le dan a las diversas zonas para decidir en cada caso si buscamos una iluminación decorativa o por el contrario, una iluminación que permita realizar actividades concretas. El uso de la luz tenue es otro criterio que aplicamos ya que una iluminación brillante nos hace perder matices y profundidad, además de que es posible que nos dificulte la visión de las estrellas o que molestemos a nuestros vecinos. Los principales argumentos que usamos para vestir de luces un jardín se basan en la dirección de la luz, con estos cinco recursos se pueden cubrir casi todas las necesidades:
Iluminación ascendente: Pone el acento en los volúmenes y formas de las especies que alumbra. Bien usada permite crear ambientes opuestos al día, que nos animan a un disfrute social.
Iluminación descendente: Para poder realizar actividades nocturnas debemos colocar el punto de luz lo más cenital posible y así evitar molestas sombras.
Iluminación puntual: Se centra en un punto determinado del jardín para que acapare toda la atención del visitante. Puede ser muy útil usado con moderación en bonsáis, esculturas o fuentes.
Iluminación a contraluz: Podemos resaltar contornos sobre superficies haciéndolos destacar sin iluminarlos directamente y dando el máximo valor a la forma de la especie.
Iluminación de guía: Es útil para desplazarnos sin tener un accidente pero además nos pueden permitir marcar o transformar el trazado de nuestro jardín y así permitirnos admirar su diseño incluso de noche.
Tipos de luminaria.
Entre las soluciones que proponemos, están las lámparas de diseño, que dejan de ser una mera fuente de luz para pasar a ser un elemento protagonista de la decoración del jardín. Sistemas de iluminación alimentada con energía solar para zonas donde no hay posibilidad de conexión con la red eléctrica o sistemas de canalización por fibra óptica, que nos permite iluminar espacios exteriores sin tener que llevar corriente eléctrica ya que lo que viaja a través de la fibra es sólo la luz. Todo esto, evidentemente, complementado por focos de haz de luz dirigible, bornes, balizas, farolas, luces para pérgolas o iluminación para piscinas, fuentes y estanques.
La elección de estos dispositivos es una tarea que debe estar bien planificada, ya que unos pueden influir negativamente sobre los otros, ahogando el efecto deseado. Las distintas luminarias de que disponemos pueden cubrir una muy amplia gama de necesidades tanto de uso como estéticas.